viernes, 17 de octubre de 2014

Lo que aprendemos de los niños

Todos tenemos días oscuros y grises y otros llenos de luz…A mi personalmente, me gusta apartar esos días negros pero no siempre es posible…A veces el nubarrón se instala ahí y vayas en la dirección que vayas esas nube caprichosa te persigue allá donde vayas…Llegados a este extremo lo mejor es esperar a que se vaya esa masa nubilosa antes de proseguir con nuestra vida. 

No estoy instalada en uno de estos nubarrones, ni en una de estas tormentas, yo suelo salir a flote fácilmente y hace falta mucho para hundirme, la verdad. Muchas veces el truco está en desahogarse(pegar 4 gritos) y seguir. Sólo quería hablar de esto, de los malos momentos porque cuando tienes un hijo con alguna discapacidad, dificultad o similar muchos días se presentan oscuros y lo ves todo negro.

Repito que no es mi caso actualmente, pero muchas veces se tienen estos pensamientos: 

  • No avanzamos. Pasan los días y ves que no hay cambios. Mi experiencia es que a nosotros nos cuesta más percibir la evolución, debemos enfocarlo siempre de manera global, es decir, a largo plazo
  •  Está teniendo una crisis o retroceso: le ha cogido manía a algo, le ha dado por pegar, no quiere comer algo que ya comía, o ir al cole, o salir a la calle, o bañarse…y así hasta el infinito…Mi experiencia es que todo pasa y tras un paso atrás se suelen dar dos hacia delante
  • Cuando compartimos días o ratos con sus iguales y vemos el abismo que hay…Si encima coincide que tu hijo ha tenido un día “malo” pues ya te piensas mucho la próxima salida, se te quitan las ganas de ir al parque o a dónde sea…Pero lo mejor es siempre intentarlo, no os aisléis

Si tienes un día gris y encima llega alguien (no dudo que lo hacen con toda la buena intención del mundo) y te dice que tu hijo es una bendición, un angelito, un regalo, etc… sin saber lo que es...a mí por lo menos me hierve la sangre, aunque me muerdo la lengua. No es que nuestro hijo no sea todo eso y mucho más: es que cualquier niño lo es…Y yo soy de las que piensa que estos peques sacan lo mejor de nosotros porque nos enseñan a luchar y a priorizar pero estos comentarios, a no ser que tengáis un hijo similar, sobran porque dan la impresión de que no tienes ni idea de lo que es, no sabes que decir, ni cómo actuar… y la impresión es de que te damos pena y poco más. 

En realidad, lo qué espera un padre de un niño con alguna discapacidad o trastorno es que les traten con normalidad, si tienes dudas: pregunta, evita desbordar lastima por los siete costados, actúa sin miedo y sin prejuicios, así sin más, y recuerda que cada caso es un mundo. 

Esta viñeta lo dice todo

Que le quiten importancia a lo que le pasa a tu hijo, tampoco ayuda, por cierto. Ayuda que te escuchen, a ti, a tus quejas y a tu rabia, poco más… Que te intereses por su evolución o por cómo comportarte con él también suele ser bienvenido, igual que cualquier ofrecimiento. Pero si no estás interesado en esa persona, mejor no finjas porque se nota, y mucho: porque contarle mil veces a alguien los problemas que tiene tu hijo y que nunca se acuerde, eso si que da pena, aunque en realidad no es más que un claro reflejo de cómo está montada esta sociedad, y no culpo a nadie, por supuesto que no, hace un par de años yo estaba igual. Pero es triste que no exista esa conciencia social porque yo no la tenía hasta que me vi metida en esta situación.

Menos mal que parece que las nuevas generaciones no tendrán esos prejuicios ni desconocimiento que tenemos nosotros. Como anécdota, mi hija coincide en sus terapias con niños con diferentes problemas y discapacidades y no hace distinción entre ellos: los saluda, abraza y besa a todos por igual. En concreto, hay un niño con parálisis cerebral: no habla y apenas tiene movilidad. Paula lo saluda igual que saludaría a cualquier compañero de su clase y lo más bonito de todo es como a él se le ilumina la cara y le cambia el gesto como respuesta al trato de ella.

Lo que quiero reflejar con esto es que hoy en día debemos educar a nuestros hijos desde la diversidad para que el dia que se encuentren con alguien con algún trastorno, dificultad, discapacidad sepan cómo actuar y no se queden titubeando o empiecen con el discurso esperanzador de “regalito o "trocito de cielo” Detrás de esos niños que se enteran de todo (las apariencias engañan) están unos padres que luchan todos los días, todas las horas, que se han empeñado en sacar a sus hijos adelante y no aparcarlos a pesar de que la sociedad les empuje a todo lo contrario y de que los diagnósticos les pongan siempre en lo peor. Y lo más importante: estos niños son unos trabajadores, unos valientes y nos dan verdaderas lecciones de vida todos los días.

6 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, y supongo que necesitabas este post. Yo siempre te digo que te admiro, porque además de vivirlo lo compartes e intentas concienciar a los demás.
    Vega va a una escuela infantil en la que hay un tanto por ciento de niños con necesidades especiales, y creo que es muy positivo para todos los alumnos, porque crecerá sin prejuicios.
    Un abrazo,
    Marialu

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  2. Totalmente de acuerdo contigo.
    A mi me da muchisima rabia cuando alguien siente lástima, no quiero que vean a una niña discapacitada sino a una niña. Mi hija como la tuya son ejemplos de lucha, de constancia, de amor propio, que nos demuestran que con trabajo se consiguen las cosas.
    Änimo que los malos días/momentos se pasan y olvidan y siempre hay que fijarse en los avances, en las alegrias que nos proporcionan y en los felices que nos hacen.
    Besos para las dos

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  3. María, felicidades por lo bien que lo has explicado. Esperompoder trasmitir a mis hijos ese respeto por la diversidad. Sabes que te admiro, admiro tu lucha, tu dedicación y ese afán por no resignarte. Besos Amiga

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  4. Me alegra ver que has retomado la libreta de mamá. Te dejo algo que escribí hace tiempo y conoces. Creo que subraya tu opinión. Vaya! Parezco tu madre y la abuela de Paula...Besos.
    http://kikatomas.wordpress.com/2009/07/27/un-nino-extraordinario/

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  5. Lo importante no es concienciar a los niños (que no lo necesitan), si no a sus padres, para que en un futuro se sigan comportando igual.
    Espero que los días grises tarden muchísimo en llegar y que, cuando lo hagan, se vayan rápido.
    Besazos.

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  6. Yo soy una de esas mamás q no sabe como comportarse con la mamá de una niña con Síndrome de Down, tienen otro hijo q es compañero del equipo de futbol de mi hijo mayor, y su niña es unos meses más pequeña q la mía.
    La verdad es q cuando coincidmos, trato de ser natural, preguntarla como van las cosas (a su nena la han tenido q operar ya del corazón y de un ojo), pero siempre tengo la sensación de q meto la pata...aquello de q si preguntas mal y si no preguntas mal también.
    El sábado pasado coincidimos en el parque, mi hija (2 años y medio) es de las q la cuesta mucho relacionarse con niños, ella sólo quiere q la columpie, la acompañe en el tobogán o jugar con su hermano en la arena...no suele compartir su cubo, pala, ... pero el sábado, me dejó alucinada...no sólo compartió sus cacharritos de la arena, sino q se sentó al lado de esta otra niña, la dijo q no se comía la arena...y la ayudó a hacer un castillo con el cubo.
    Me dió a demostrar q para ella, el resto de niños no necesitan de su compañia y sí lo necesitaba esta nena.
    Cuánto tengo q aprender!!

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